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ISSN: 2448-8100
Cymbella Revista de investigación y difusión sobre algas
Cymbella

Editorial del Volumen 8

No hay fronteras ni tiempos para las algas. Nuestras aproximaciones a las regiones, espacios geográficos y distribución donde viven las algas son en una escala que está muy alejada de la que es aplicable a su vida y más si estas son microscópicas. Los factores ambientales que reconocemos como importantes en la vida de las algas son tan distantes en su escala como las que tenemos con los planetas o estrellas cercanas. Las escalas temporales y espaciales en las algas son en el ámbito de nanosegundos a meses y de micrómetros a metros y los comparamos con nuestras escalas de días o semanas a años o más y de metros a kilómetros cuadrados. Entender a otros (incluyendo a los organismos no humanos) empieza por “ponerse en los zapatos” de ellos. De otra forma, aplicamos nuestras propias limitaciones a la explicación que damos a nuestro entorno. Una práctica científica cada vez más difundida es la interdisciplina, con la confluencia de visiones distintas sobre un mismo objeto de estudio, el límite entre esta práctica y las aproximaciones polifásicas, polifacéticas o de taxonomía integral es difuso y puede crear la confusión de una continuidad entre las visiones concurrentes en un texto. Sin embargo , esta visión de unidad no es la única en la manera como nos ponemos los zapatos de los otros, también existe una visión particular a cada disciplina, producto de la historia y las prácticas cotidianas de ellas. Es común la expresión sobre las diferencias de opinión sobre un concepto entre zoólogos y botánicos (el de especie, por ejemplo) y esas diferencias son más drásticas cuando son entre practicantes de disciplinas diferentes, un biólogo molecular no evalúa de la misma manera los datos que obtiene un biólogo de campo, por ejemplo. Esa evaluación diferencial tenemos que explotarla y aprender a entendernos, como si se trataran de dos idiomas distintos, a traducirnos y a crear equivalencias conceptuales que sean puentes entre las disciplinas. O al menos entender que lo que nuestro colega dice es válido para su disciplina, pero no para la nuestra. Construir o reconstruir nuestra disciplina (la ficología) empieza por repensar nuestros conceptos, por ejemplo: ¿son los factores ambientales como el pH, la temperatura del agua o la concentración de nutrientes los mismo que conceptualmente utilizan los limnólogos o los oceanólogos? Aunque utilicemos los mismos dispositivos para obtenerlos, no tienen el mismo valor para las algas que para los cuerpos de agua como un todo. El espacio y el tiempo de cada célula, colonia, crecimiento masivo o pradera algal es diferente para el cuerpo de agua y por tanto su “impacto” es diferente. Pensar desde las algas nos permitirá entenderlas mejor, tanto en sus grandes poblaciones como en sus respuestas genéticas particulares.

En el inicio de este volumen presentamos una aportación que muestra la ausencia de fronteras en el estudio de las algas, agradecemos a la Dra. Sylvia Bonilla su colaboración sobre la historia de la ficología en Uruguay y la semblanza y merecido homenaje a la Dra. María del Carmen Pérez. También se incluye otra contribución en la Sección de Nomenclatura relacionada con el uso de las categorías infraespecíficas. Una tercera contribución importante es la reseña por el Dr. Daniel León del libro Guía morfo-anatómica para la determinación taxonómica de la familia Dictyotaceae de la Dra. Alejandrina Ávila y colaboradores, un texto que será de gran ayuda a los estudiosos de las algas marinas del Golfo de México y el Caribe mexicano. Por último, incluimos los resúmenes de tesis que muestran el impulso de los jóvenes en el desarrollo de la ficología.

Nuestro optimismo nos mantiene al ver que el número de lectores sigue aumentando y el número de países que nos visitan son cada día más: tuvimos 529 lectores en 2018, 609 en 2019, 826 en 2020, 1617 en 2021 y ¡2621 en todo 2022! Los diez países que más nos visitaron fueron: México, Indonesia, Colombia, Estados Unidos, Perú, China, España, Ecuador, Argentina y Chile. Datos de Google Analytics.

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Editorial del Volumen 7

El primer número del volumen 7 de Cymbella ofrece dos textos florísticos que muestran, nuevamente, la necesidad de seguir estudiando las algas de nuestro país, ambos señalan novedades florísticas, 29 primeros registros de Coscinodiscophyceae en la Isla Guadalupe y el otro anota 238 taxones de los cuales 25 son registros nuevos para el Golfo de México y 27 para las otras costas mexicanas. Lo que hace un total de 267 registros de taxones en las costas de México. Estos registros son resultado de la insistencia de los colegas en conocer y difundir la flora mexicana. Cymbella es el medio de difusión para la florística y ese tipo de trabajos siempre serán bienvenidos.

No podemos exigir que se conserven los ecosistemas si no somos capaces de mostrar lo que contienen. Si una de nuestras responsabilidades como ficólogos es la conservación de la diversidad algal, esa tarea empieza con el registro y documentación de la riqueza biológica nacional y regional. Y ese conocimiento y registro, a pesar de ser fundamentales son difícilmente aceptados en otras publicaciones. Y parte causal de la reticencia a publicar este tipo de trabajos es la confusión entre lo moderno y lo antiguo, o eufemísticamente lo tradicional. Esta falsa dicotomía es producto de una visión dividida de las necesidades: las personales o las nacionales. No se trata de criticar, ambas son necesarias, pero lo que es falso es que una sea mejor que la otra. Así como los colegas necesitan publicar en revistas con un factor de impacto alto, también es necesario conocer lo que no aceptan las revistas de ese tipo. Esta falsa dicotomía tiene muchas expresiones, desde la que opone la “taxonomía tradicional” contra la taxonomía moderna o contemporánea (es decir, con biología molecular), hasta las consideraciones de las etapas consecutivas del conocimiento taxonómico (taxonomías alfa, beta y gama) y finalmente las que consideran que existe una crisis en la taxonomía por el cambio de “paradigmas” en la forma como conocemos la biodiversidad. En los enfoques polifásicos, polifacéticos o de taxonomía integral existe la intención de recuperar parte de lo que es la taxonomía como disciplina integrativa, pero los estándares impuestos por las revistas implican siempre la utilización, como fase final e indiscutible, el análisis de secuencias y las relaciones filogenéticas moleculares como criterio de modernidad.

Para tratar de explicar a un grupo de estudiantes la importancia de conocer la estructura, la biología reproductiva, la ultraestructura y las filogenias moleculares como una unidad necesaria en la descripción de las especies, usé como método didáctico una analogía relacionada con la historia de la música. Reconocemos y disfrutamos de la música antigua, la barroca, la clásica, etc., así en el trabajo taxonómico, requerimos y reconocemos de los conocimientos de los autores de los siglos XVIII al actual. Y curiosamente, hay cierta correspondencia con el avance entre los patrones en la composición usados por los grandes músicos y las fases por las que ha pasado el conocimiento de las algas. Como un mero ejercicio para el gozo en reconocer los aportes históricos podríamos hacer la siguiente comparación, en la columna izquierda los periodos musicales, en el centro las fechas aproximadas y en la derecha los principales grupos de caracteres de los sistemas taxonómicos usados en la ficología:

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Disfrutamos de las grandes obras musicales, sin necesidad de un orden cronológico estricto, pues podemos pasar de Bach, a Ravel, a Stravinsky y a Pärt, así podemos hacer la taxonomía, de lo morfológico macro, a los ciclos de vida y a la biología molecular. Y así como ya no podemos llamar “música clásica” a toda la gama de músicas no “populares” que existen, tampoco podemos llamar taxonomía tradicional a todo lo que no es biología molecular; todo elemento es valioso y necesario. Como podemos reconocer las grandes diferencias y los aportes de cada autor musical, así podremos reconocer y valorar cada elemento que constituye esas obras de arte que llamamos algas.

Incluimos el mapa de visitas a la revista según Google Analytics de los últimos 12 meses. ¡La siguiente meta es aumentar el tono del azul en todo el mundo!

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Editorial del Volumen 6

Iniciamos un nuevo quinquenio en Cymbella. Será otro quinquenio de retos y oportunidades en un escenario y ambiente complejo en México y en general en toda la región latinoamericana. A las condiciones de salud, sociales, económicas y políticas se añaden las dificultades en el financiamiento a las investigaciones básicas en la ficología y a un aumento constante en el precio de instrumentos y consumibles. Las revistas científicas en el mundo tienden a incluirse y diluirse en plataformas editoriales con objetivos diversos, en la mayoría distantes a los objetivos iniciales de las revistas, en especial las que son publicadas en instituciones públicas. La opción de publicaciones abiertas a todo público (open access) es cada vez más lejana para los investigadores por su costo. En este escenario, Cymbella se mantiene como una opción de publicación de material ficológico diverso, de calidad, en la que los autores encuentran a editores y revisores que se convierten en colaboradores en el quehacer científico, compartiendo experiencia y tiempo. No hay temas o asuntos menores, lo local es parte de lo nacional, regional e internacional. Las posibilidades se multiplican pues la revista mantiene un formato múltiple con secciones diversas de intenciones múltiples y útiles para muchos fines.
Otro elemento que hace a Cymbella una opción de publicación en Latinoamérica es el reconocimiento de nuestros idiomas nacionales como medio de comunicación. Las ideas se escriben mejor en nuestro idioma, y aprender otros idiomas nos hace más receptivos a otras maneras de explicar las ideas, lo ideal es que el español, el portugués y el inglés sean los idiomas básicos de Latinoamérica, así como fue durante mucho tiempo el francés, el alemán, el inglés y el italiano, entre otros, en Europa. Para los estudiantes de grado y posgrado, es un buen ejercicio para mejorar su discurso científico, además de enfrentarse al gran circuito de las revistas internacionales en inglés y a un esquema idiomático distinto para expresar nuestras ideas.

En este volumen continuamos con la publicación de registros de especies de algas de México (ver Torres-Ariño et al. 2019), la actualización de nombres y la distribución de las especies son elementos que le dan coherencia a las publicaciones y permiten mantener una línea base de entendimiento entre grupos de trabajo distintos. Pero los listados son valiosos si se cuenta con la fuente de las descripciones y documentación gráfica que apoye la determinación de una especie. ¿Cuántos artículos existen en los que solo se presentan los nombres de especies sin mayor referencia? Tenemos que creer en que las identificaciones son correctas, pero cuando uno compara la distribución e historia de cada una de las especies, empiezan las dudas. Y si comparamos con la bibliografía existente de cada especie nos damos cuenta de que muchos nombres no son adecuados, y no solo porque cambiaron de posición sistemática, sino porque no fueron observados los caracteres diacríticos necesarios para su identificación. En el caso de las algas marinas mexicanas existe una tradición que permite una evaluación constante de los nombres y su certeza sistemática y distribucional, pero en el caso de las algas dulceacuícolas la situación es distinta: 5039 registros de nombres infragenéricos, 1287 son sinónimos, lo que deja 3752 nombres por confirmar (Novelo y Tavera 2020). Por ello, la actualización de Pedroche y Sentíes que aparece en este número es un punto de referencia para todo el trabajo ficológico mexicano a partir de ahora.

Referencias
Novelo, E. y R. Tavera. 2020. bdLACET Base de datos de algas continentales. Facultad de Ciencias, UNAM. México. Disponible en: https://bdlacet.mx.

Torres-Ariño, A.; Y.B. Okolodkov; N.V. Herrera-Herrera, B.L. Hernández-Barrera; L. González-Resendiz; H. León-Tejera & I. Gárate-Lizárraga. 2019. Un listado del fitoplancton y microfitobentos del sureste del Pacífico mexicano. Cymbella 5 (1): 1-97. Disponible en:
http://cymbella.mx/articulos/V5/01/Un_listado_del_fitoplancton_y_microfitobentos_
del_sureste_del_Pacifico_mexicano.html

Como en otras ocasiones, incluimos el mapa de vistas de la revista según Google Analytics de los últimos 9 meses. ¡Un buen regalo por nuestros 5 primeros años!

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Un saludo
Eberto Novelo

Editorial del Volumen 5

Iniciamos el quinto volumen de Cymbella. Revista de investigación y difusión sobre algas y lo hacemos con tres trabajos que ejemplifican la intención editorial que queremos mantener. La difusión de lo que se sabe, lo novedoso y lo necesario. En cada caso se muestra la necesidad de consolidar el conocimiento sobre las algas mexicanas y de mostrar que son parte importante de la ficología mundial. El registro de una especie puede ser parte del mapa de su distribución en el mundo y señala lo importante que es conocer lo local dentro de lo más amplio. La ampliación de áreas de distribución de las especies será siempre un tema por investigar y discutir: ¿Las especies de algas tienen distribuciones amplias o están restringidas a condiciones ambientales precisas que se presentan ocasional o particularmente? ¿una especie con una forma de vida puede presentar también otras formas, las planctónicas también pueden ser bentónicas o viceversa? Cada caso tiene que evaluarse de manera acuciosa y con la mayor cantidad de registros y referencias. Las herramientas de obtención de datos y análisis de estos se diversifican y a pesar de las modas, lo importante es que cada dato cuenta, y si los reunimos de forma consistente, tendremos una plétora de información que puede ayudarnos a entender la biología de cada especie. Reunir, catalogar, nombrar e interrelacionar cada dato es la tarea de todo ficólogo. Suponer que con un solo dato (aunque sea la comparación con las secuencias de genes) podemos nombrar una especie y por tanto ubicarla geográfica, ambiental y ecológicamente es negar la información que generan los especialistas en taxonomía, ecología y fisiología y por tanto no son necesarios. Lo importante es mostrar que cada especie tiene validez en tanto se documenta y ubica dentro de un marco de datos ambientales, geográficos y de afinidades ecológicas.
Para continuar con nuestro optimismo sobre este proyecto editorial, mostramos la distribución por países de las visitas a la revista en el periodo enero - agosto del año en curso según Google Analytics.

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Un saludo
Eberto Novelo


Editorial del Volumen 4

Iniciamos el cuarto año de Cymbella. Revista de investigación y difusión sobre algas con un retraso considerable, pero se mantiene como la única revista mexicana dedicada a las algas en sentido amplio. Una revista es un proyecto colectivo, en el que la mayor responsabilidad la tienen los autores: si no hay artículos, no hay revista y no importa la intención del resto del colectivo.
Los editores tienen la responsabilidad de mantener en alto la calidad del contenido, pero si no hay propuestas, es difícil mantener la “altura”.
Uno de los objetivos de las revistas científicas actuales es su inclusión y permanencia en los índices bibliométricos internacionales. La presión sobre los investigadores y estudiantes para que publiquen sus resultados en esas revistas es muy grande; así que se entiende que haya pocas propuestas de artículos en nuestra revista si a los autores potenciales no les reditúa en las evaluaciones institucionales o escolares. Sin embargo, hay mucha información que podría ser difundida y que no se ajusta a los estándares de las revistas internacionales indizadas: opiniones, propuestas metodológicas, registros de especies, son asuntos que para las otras revistas son de poca relevancia y no son aceptados. Independientemente de las políticas particulares de las revistas, un elemento que es común a todas es la tasa de rechazo y para algunas editoriales es una medida de la calidad de la publicación. Cymbella apunta hacia otro lado, si la actividad científica es un acto de colaboración y complementariedad, y no competencia y egoísmo, el producto primario debe también ser parte de esa colaboración y mejoramiento colectivo. Esta propuesta nos aleja de la inclusión en los índices bibliométricos principales, las políticas de rechazo, revisiones con doble ciego estricto, restricciones en el tipo de artículos a publicar, etc. no son parte de la política editorial de Cymbella. El resultado de esta política es que no tenemos artículos a publicar y tenemos que rescatar trabajos que se quedaron pendientes justamente por falta de un foro adecuado, catalogados en su momento como locales y sin relevancia científica. ¿Vivimos en el error? No, estamos convencidos que podemos impulsar a nuestros alumnos, a los colegas jóvenes o aquellos que con una gran experiencia sobreponen lo importante de lo urgente. Con amplitud de propuestas y una dinámica distinta, podríamos lograr una publicación que se respete no por su tasa de rechazo sino por el número de citas que logran sus artículos.

Para mantener el optimismo, comparto un mapa del origen de los lectores del sitio http://cymbella.mx que provee Google Analytics. Este mapa incluye el periodo enero – agosto de 2018, aun cuando no apareció ningún ejemplar.

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Un saludo

Eberto Novelo
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